Por: Ing. Roberto Maldonado, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú 

A un mes de las Elecciones Generales 2021 es preciso referirnos a un tema gravitante para los intereses del país como son el avance de las inversiones públicas y privadas, puntales para poder reactivar nuestra economía y superar la crisis originada por la pandemia.

Esta semana el Minem dio a conocer la cartera de inversión pública del Programa Multianual de Inversiones (PMI) 2022-2024 del sector energía y minas, que asciende a más de S/. 3,637 millones, orientados principalmente al cierre de brechas en electrificación rural y eliminación de pasivos ambientales mineros.

Del mismo modo, el MEF informó que la inversión pública alcanzó los S/ 3,159 millones a febrero del 2021, la ejecución más alta en los últimos 11 años. Ello debido a un mayor acompañamiento de parte de esta cartera a las entidades de los tres niveles de gobierno, lo cual saludamos.

Este último dato nos dice que las inversiones públicas requieren del apoyo del Estado para poder agilizarse. Sobre todo, se necesita que estos gastos sean de calidad. Como sabemos uno de los grandes problemas de nuestro país es la crisis de la gestión pública, la cual nos viene pasando factura en esta coyuntura. La gran pregunta es: ¿cómo ayudamos a mejorarla?

Así también las inversiones privadas -entre ellas las del sector minero- requieren del respaldo estatal para poder avanzar. Por lo que debemos trabajar en temas de regulación y una mayor institucionalidad, para ser más competitivos y atraer más capitales, hoy que tanto los necesitamos.

Un tema que nos preocupa es el retroceso de nuestro país en el ránking del Índice Fraser. En esta última edición cayó al puesto 34 en este índice mundial sobre competitividad minera. En el 2019, se ubicó en el puesto 24 y en el 2018, en el 14. 

Debemos revertir esta tendencia negativa, por lo que será necesario que esta nueva edición del PDAC, el Perú dé señales que revertirá esta situación y dejar en claro que deseamos y estamos comprometidos a retomar el camino trazado de ser más atractivos y cumplir nuestra meta de atraer el 8% de la inversión mundial. 

En síntesis, esperamos que temas como el impulso de las inversiones públicas y privadas, la generación de empleos y la mejora de la gestión pública tengan una mayor cabida en el debate político y estén obligatoriamente en la agenda prioritaria de nuestras nuevas autoridades.