Por: Ing. Roberto Maldonado, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú

A fines de junio de este año veremos el inicio de producción de Quellaveco, el esperado proyecto minero de Anglo American que marcará un antes y un después en la minería peruana, pues será la primera mina 100% digital del país, y la primera en emplear camiones autónomos alimentados con energía eólica.

Todo un hito que nos llena de optimismo y que nos dice que, más allá de la difícil situación que atravesamos -sobre todo en los últimos años- los inversionistas privados aún siguen apostando e invirtiendo en el Perú, país con una extensa tradición minera, además de una sólida situación macroeconómica y grado de inversión.

Factores claves para generar confianza en grandes inversionistas y altos ejecutivos como Mark Cutifani, CEO de Anglo American, quien recientemente visitó nuestro país para verificar la última fase de construcción de Quellaveco (USD 5 mil millones), y habló sobre las razones de seguir apostando por nuestro país. Este emprendimiento aportará unas 300 mil toneladas de cobre a la producción del país y será clave para nuestras finanzas públicas.

Vale precisar que dichos factores se han ido forjando gracias a una serie de reformas dadas en su momento, las cuales han favorecido, sin duda, el crecimiento económico sostenido del país, e impulsado actividades como la minería, que se ha convertido en el soporte del Estado y protagonista principal en la reducción de la pobreza en las últimas décadas.

Sin embargo, dicho escenario se viene deteriorando debido a la inestabilidad política y la falta de visión del gobierno. Y como van las cosas se corre el riesgo de perder el grado de inversión, lo cual es ya preocupante para los intereses del país. Todo ello sucede bajo un contexto de altos precios de los metales a nivel internacional que no estamos aprovechando.

De otro lado, en el caso del sector minero, nos preocupa de sobremanera medidas como la eliminación parcial de la tercerización laboral dada por el Ministerio de Trabajo, que no solo restará competitividad a todos los sectores productivos, sino que propiciará el cierre de empresas especializadas y por ende la pérdida de miles de puestos de trabajo. 

Esta es una medida que ni siquiera ha sido consultada al Consejo Nacional del Trabajo y no cuenta con un sólido sustento técnico basado en la realidad. Solo en el sector minero, se afectarán a más de 2,000 empresas contratistas que registra el Minem, lo cual atenta contra el empleo formal en el país, hoy que tanto se necesitan más empleos formales.

Otro tema que lamentamos es la caída de Perú por tercer año consecutivo en el Índice Fraser, que mide la competitividad minera a nivel mundial. Desde el 2018, en el que alcanzamos el puesto 14, no hemos dejado de retroceder. En el 2019, nos ubicamos en la plaza 24; en el 2020, en el 34, y en esta última edición bajamos 8 escalones más y nos ubicamos en el 42, entre 84 jurisdicciones en el mundo: ciudades y países. El retroceso obedece principalmente a factores políticos. Temas sobre los que debemos reflexionar, y actuar rápidamente por el bien del país.