2018-05-09Por: Ing. Luis Rivera, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del PerúEste 2018, sin duda, la minería será uno de los bastiones del crecimiento económico del país. La nueva actualización del Marco Macroeconómico Multianual (MMM) señala que el sector se expandirá un 16.4%, la tasa más alta en los últimos ocho años, con una inversión de más de USD 5.000 millones. Y ello se percibe debido a que en los tres primeros meses del año las inversiones mineras crecieron en más de 30%, lo cual es un indicador que nos permitirá mirar con mayor optimismo la llegada de los próximos meses que seguramente tendrán nuevos anuncios en beneficio del país. Además de lo alentadoras que son las cifras del sector, es importante también remarcar su dimensión social, ya que la minería está presente en los rincones más alejados de nuestro país, donde no llegan otras actividades económicas, promoviendo una verdadera descentralización.Los efectos multiplicadores de la minería no solo impactan en el PBI nacional, sino también en el mejoramiento de la calidad de vida de muchos compatriotas, los cuales necesitan con urgencia una oportunidad, un empleo, que les permita avanzar y asegurar el futuro de sus familias. Y aquí es donde la minería se convierte en un motor de cambio.Recientemente el Ministerio de Trabajo informó que más de 5 mil jóvenes en la región Moquegua se encuentran desempleados. Se dice que estos peruanos sumarían aproximadamente unos 400 mil a nivel nacional, lo cual es preocupante. Ante ello creemos que se deben tomar medidas acertadas de parte del gobierno lo más rápido posible.Una buena señal para Moquegua es que este año iniciará la construcción de Quellaveco, operado por Anglo American, con una inversión cercana a los USD 5000 millones, lo que estamos seguros impulsará la economía de esta valiosa región, generando más empleo y oportunidades.Estamos convencidos que la minería moderna brinda un gran aporte al desarrollo y crecimiento de nuestro país y que estos beneficios no son lo suficientemente informados, entendidos y mucho menos valorados por la población. Por ello, tenemos el gran reto como país de compartir y consolidar su desarrollo en el largo plazo. Es importante hablar no solo sobre sus bondades macroeconómicas, sino sobre todo de su impacto en nuestras vidas diarias.